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Edificio Antigua Universidad

El edificio de la Universidad, de volumen severo y forma rectangular, se relaciona en el tiempo y en el espacio con la Colegiata Nª Sra. de la Asunción de Osuna, erigiéndose ambos hitos urbanos monumentales dentro del programa constructivo del Conde en el Cerro del Higueral que preside el pueblo, junto a los restos del antiguo castillo, convirtiéndose en lo que ha venido en denominarse "la acrópolis bicéfala" del Conjunto Histórico de Osuna.

En su implantación sobre el terreno, se elva sobre una plataforma empedrada que se convierte en su facha. Este en una especie de "patio inglés" trasero más bajo que el cerro colindante.

Se construye en sus elementos más importantes desde el punto de vista estructural y estilístico (claustro, torreones, portada, etc.) con los sillares de las canteras cercanas, fuente de la materia prima utilizada en la construcción de los edificios más emblemáticos de la localidad. El resto de la fábrica es de tapial con un tratamiento exterior esgrafiado monocolor imitando el aparejo de los sillares, procedimiento muy utilizado en la tradicción local.


Exteriormente se construye en un prisma regular aislado de dos plantas de altura, de paños lisos y casi desprovistos de ornamentos, enmarcado en sus cuatro esquinas con torreones, cilíndricos los dos de la facha principal y prismáticos los dos restantes. La fachada (en la parte superior) principal se diferencia del resto, además de por dos torreones circulares, por la portada de acceso, de gran simplicidad, por un arco de medio punto y un orden toscano con dos pilastras a media columna de gran esbeltez sobre pedestales.


Sobre la misma se sitúa en una hornacina a una imagen en piedra de la Inmaculada Concepción (a la derecha).

Desde el amplio vestíbulo de acceso, donde destaca su artesanado, se accede al Oratorio y a la Sala de grados. El Oratorio dispone de un pequeño coro sobre el acceso y un presbiterio con gradas en la cabecera (a la izquierda). Dentro del mismo destaca el artesanado pintado al estilo plateresco, la verja renacentista y el presbiterio, del mismo autor que las del Sepulcro Ducal de la Colegiata, y las diversas pinturas del siglo XVI atribuidas a Hernando de Esturmio, de indudable influencia italiana, sobre los Padres de la Iglesia, la Anunciación, el nacimiento y la Adoración de los Reyes, así como dos óleos anónimos que representan los fundadores, Don Juan Téllez Girón y Doña María de la Cueva.

La sala de Grados, de pequeñas dimensiones para el uso que se le atribuye, destaca por los frescos que recubren la mitad superior de las paredes (a la derecha), atribuidos por la tradición al propio Conde de Ureña. Bajo las pinturas se situaba una meritoría sillería hoy perdida, así como el sitial de mármol destinado a los graduados.